SEMILLA · ACOMPAÑAMIENTO A FAMILIAS

Un espacio exclusivo para acompañar la infancia desde la realidad del hogar

Semilla es un espacio único de acompañamiento familiar en el HOGAR, creado para familias con hijas e hijos con necesidades educativas especiales (NEE).
Un acompañamiento y asesoramiento práctico y emocional que parte de la vida cotidiana y se conecta con el trabajo de otros/as profesionales, ofreciendo continuidad real, recursos y confianza en el día a día.

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MADRE DE MÍ · ENCUENTROS Y COMUNIDAD

Espacios grupales de cuidado, apoyo y presencia

Madre de mí es un espacio de acompañamiento CORPORAL y EMOCIONAL que reúne encuentros y experiencias grupales orientadas a crear red, sentirte acompañado/a y encontrar tus propios recursos para tu día a día.
Desde una mirada integradora y vivencial, se proponen encuentros donde el movimiento, la palabra y la escucha se entrelazan para acompañar los procesos personales desde el cuerpo y la emoción.Un círculo es un refugio. Un lugar donde cada historia cuenta y cada voz sostiene.

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ESENCIA · ACOMPAÑAMIENTO INDIVIDUAL ESENCIAL

Un espacio para volver al origen y escuchar lo más auténtico de ti.

Esencia es un servicio de acompañamiento individual para personas que desean ser acompañadas en su proceso vital, encontrar calma y reconectar con su autenticidad.
Integro cuerpo, emoción y palabra desde una mirada humanista y vivencial, para acompañarte de manera cercana y práctica.Cuando todo afuera pide más, este espacio te invita a escuchar lo que dentro susurra.
Cada proceso es único y se adapta a tu momento, tus necesidades y tu ritmo.

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Volver a la esencia - Octubre 2025

Una búsqueda hacia dentro, un regreso a lo que nunca se fue...

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Volver a la esencia - Octubre 2025

Una búsqueda hacia dentro, un regreso a lo que nunca se fue...

Durante mucho tiempo creí que mi esencia era algo que se encontraba fuera.
Que si buscaba lo suficiente, la descubriría.
Hoy sé que no: la esencia no se busca, se recuerda.
Y ese recuerdo llega cuando mi cuerpo se calma,
mi mente se silencia
y todo vuelve a tener sentido.Cuando observo a lxs niñxs en sus primeros años, siento que presencio algo auténtico.
Su manera de moverse, de emocionarse, de jugar… vibra con una verdad tan pura.
Y al mirarlxs, reconozco algo que también vive en mí:
esa presencia natural que, a veces, olvido.Con los años aprendí a adaptarme, a agradar, a correr.
Dejé de escucharme.
Intentaba ser buena madre, buena profesional, buena persona...
pero detrás de tanto “buena” había una mujer cansada,
con miedo de parar.Durante ese tiempo no podía acompañar a nadie,
porque no me estaba acompañando a mí.
Todo me pesaba, incluso lo que amaba.Hasta que mi cuerpo habló —con cansancio, síntomas o una voz que decía “así no”—
y entendí que la prisa no era fortaleza, sino coraza.

En la pausa empecé a escuchar mi brújula interna,
esa voz que susurra que reconozco como intuición.Y ahí también apareció algo que no esperaba: el miedo al vacío.
Durante mucho tiempo, ese miedo me llevó a la acción.
A llenar cada silencio, cada hueco, cada pausa.Me movía sin parar, creyendo que avanzar era la forma de no caer.
Pero un día entendí que correr no me salvaba del vacío:
solo me alejaba de mí.Aprendí a quedarme quieta, aunque doliera.
A sostener ese hueco sin llenarlo.
Y poco a poco, el vacío dejó de dar miedo.
Empezó a parecerse a un espacio fértil,
un lugar donde algo nuevo podía crecer.Volver a mi esencia no es un destino,
es un camino que recorro cada día.
A veces me pierdo, sí,
pero ahora sé volver.
Mi brújula no siempre apunta al camino fácil,
pero sí al que tiene sentido.

A veces solo necesitamos que alguien nos acompañe
a escuchar esa voz interior que hace tiempo dejamos de oír.Si sientes que ha llegado tu momento de volver a ti,
puedo acompañarte en ese camino.
No desde las prisas ni las recetas,
sino desde la presencia, la escucha y la ternura.Elena Prieto Moya · Acompañamiento esencial

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